lunes, 7 de enero de 2013

Chill 28

Eiki 





Parecía extraño volver a casa y ya no encontrarla aquí, ¿Qué mal había hecho? 

Sólo intenté ser feliz, sólo quise ser feliz. 
Aquella esencia permanecía en ese cuarto vacío donde habitó ya hace un par de meses, donde me dejó una soledad y un vacío que jamás podré llenar. 

Apenas cerraba mis ojos y esa mirada tierna estaba ahí, mirándome y sonriéndome. 


-¡Basta! -exclamé en un grito ahogo. 


No podía seguir martirizándome de esa manera tan cruel, recordando sus ojos, sus labios, sus suaves labios que aún sentía en mi boca de su último beso, de su último suspiro por besarme pensando en ese hombre que ahora vivía con ella. 


-Lana... Te fallé...- susurré dejando caer una lágrima sobre mi almohada y cambiando de posición para dejar salir la otra gota que se asomaba en el lagrimal de mi ojo. 

Me dolía tanto recordar el día en que la conocí, el día en que apenas sí podía con aquella maleta que pesaba más que un costal de papas.
Sonreí sin querer, sentía el peso de aquel equipaje sobre mis manos como estando en ese lugar nuevamente. Recuerdo que la miré, mientras ella clavaba su vista en mis ojos, en mi cara, en... en mi cuerpo... Me sonrojé y fue que por eso mismo que decidí conocerla.

¿En que momento comencé amarla de esta manera? 

Sabía perfectamente que algo nos impediría ser felices, pero jamás pensé que fuera Pauli y su intenso interés que nació por ella. El día en que Lana me mencionó de la aparición en su vida, supe que sí quería algo con ella, debía apresurarme ya que ninguno de la banda de The Rasmus se acercaba a alguien a menos de que fueran sus fans las que se acercaran a ellos, era lógico que ahí había algo más. 

Cada día que pasaba lograba sentir que su interés por mi iba en dirección correcta a lo que quería. Ella un tanto fría, disimulante con sus sentimientos, lograba ocultar un poco lo que sentía, pero ante mis ojos, y esos ojos que querían guardar un sin fin de secretos, sabía que en el fondo de ese corazón se hallaba un sentimiento, que podría lograr florecer en poco tiempo.

Claro que como en todo los planes algo tenía que cambiar, así fue en mi vida con el regreso de Anelli, mi ex novia. 
Aún le guardaba ese sentimiento de amor y pasión, como cuando la nieve cubre cualquier lugar ocultando la verdosidad de los campos, de los árboles, la vida natural durante cuatro meses hasta que llega la primavera. Así fue como Anelli reverdeció mi cuidad, mi vida y con ella mis sentimientos alojados en lo más profundo de mi ser. 

Me pidió volver, me juró amor y suplicó perdón ante las actitudes pasadas y engaños amorosos, como un ciego caí y dejé aún lado a mi Lana, pensando que esta vez sí podríamos ser felices, como tanto lo deseaba. 

La esperé mucho tiempo y quizá el necesario, pero cuando ella volvió, alguien estaba en mi corazón pero no por mucho, por que estaba seguro de que el amor de mi vida había regresado y se quedaría para toda la vida. 

No sé en que momento de mi estupidez decidí dejar a un lado a Lana, que por más que fuera una conocida, mis sentimientos para con ella eran diferentes, muy extraños. Su mirada me regalaba cierto bienestar que me motivaba a salir adelante, por mi y por mi madre. Sus tibias manos y su esencia de mujer me llevaban a soñar con tenerla junto a mi toda una eternidad. 

Pero Anelli, una persona  manipuladora, que usaba sus encantos para inquietar mis sentidos y envolver mi cabeza embelesando mis sentimientos, y quizá sí nuestra relación no tenía frutos, Lana sería la mujer que los diera en lugar de ella. 

Más sin embargo, el tiempo transcurrió y poco a poco me di cuenta de que Lana ya no estaba sola. En un carro Negro llegaba casi todas las noches, entraba por las tardes a dejar los diferentes obsequios que le brindaban, salía y llegaba en ese mismo auto hasta que un día miré salir de el a Pauli para ayudarla a bajar. 

Se despedían amorosamente, ella le sonreía, se dejaba envolver por sus brazos y no les importaba quedarse una hora más en el frío ambiente del exterior.

¿Por qué debería de sentir celos? ¿Por qué tenía esa sensación de que la había perdido? ¿Por qué? 


Mi relación con Anelli comenzó a decaer desde ese día, intenté alejarla, hacer que  fuera ella quién me dijera que ya no quería estar conmigo, yo era lo suficientemente cobarde como para decirle que quería a alguien más. 

Sentía un impulso por ser yo quién estuviera a lado de Lana, Pauli no la merecía. Ella necesitaba de alguien quién le diera tiempo, espacio y se dedicara a hacerla feliz, él, sólo la usaría como todos los demás músicos que conocía. 
Cuando conseguí dejar a Anelli, ella regreso a buscarme, le cerré la puerta en la cara negándome a volver con ella, Hennie me llamó la atención, aún recuerdo sus palabras como sí fuera ayer, como sí cada que quisiera hacer algo, ella estuviera repitiéndome palabra a palabra, verso a verso que tenía que comportarme y dejar de creer que Lana sentía algo por mi. 

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-Eiki, ¿Me puedes explicar por qué razón te comportas como un niño de primaria? ¡No puedo creer cómo fuiste capaz de cerrarle la puerta a esa chiquilla en la cara! ¿No se suponía que la amabas? ¿Qué excusa me darás hoy? 

Mi mirada se hundía en la forma tan peculiar que tenía de observarme. 


-Sé porqué lo estas haciendo y permíteme decirte que vas por muy mal camino. Lana ya es feliz a lado de ese chico, tú, se supone que deberías serlo. ¿A caso no amabas lo suficiente a Anelli? ¿Tu dolor por su partida tan repentina, no era la causa de tus días fríos y amargos? 

¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Qué sucedió Eiki? 

-Estoy enamorado de Lana, Hennie -Contesté recobrando fuerza para verla a la cara.


-Te lo dije Eiki, no me gusta meterme en este tipo de situaciones pero da la casualidad que estas involucrado en ellas. Aléjate de Lana, no impidas su felicidad a lado de ese hombre que supo darle lo que tú decidiste negarle por el regreso de Anelli. No tengo la necesidad de pelear contigo y de repetirte las cosas cada que note que tus actitudes van más allá de los límites que te permito. Sabes abiertamente que esta casa tiene reglas y esas reglas se respetan de la misma manera que para todos. Me preocupas y no me gustaría que cometieras una tontería por esa muchachita. 


-No Hennie, tú no sabes lo que siento...


-Lo sé y por eso mismo te lo digo. 

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Mis lágrimas de hicieron volver a la realidad de mi cuarto, a la oscuridad en la que permanecía inmóvil y silencioso, acomodándome en mi cama en posición fetal y deseando con todas mis fuerzas que nada de esto fuera realidad. 

Lana en verdad no me amaba, jamás me amo y yo fui uno de los culpables de que ella cayera en las redes de ese músico de cuarta. 

¿Qué tenía él que no tenía yo? 

¿Fans? ¿Una vida pública? ¿Millones y millones de euros en el banco? 

¡No, no, no! Lana no puede ser una interesada. ¿Acaso lo eligió por eso? ¿Qué no le bastaba con que yo la amara y tuviera grandes deseos de hacerla feliz? 

Volví a derramar una lágrima más, el vacío en mi interior aumentaba sin medida. Nuevamente sentía esa daga aniquilado mi corazón, hundiéndose poco a poco y trayendo consigo una sensación de ansiedad que me volvía loco. 

Seguí en mis miserables recuerdos, ya que lo único que tenía de ella era eso, recuerdos.


Cuando logré que Lana me diera una oportunidad, me encontré con un obstáculo más, Mikko.

Lo conocía desde hace tiempo y normalmente lo veía ahí en el bar cada semana. Sus visitas se volvieron más frecuentes unos meses hacia atrás, bebía demasiado, en ocasiones Paavo tenía que sacarlo cargando de ahí, y siempre contaban con la compañía de una linda mujer. 
Mis puntos de vista refiriéndome a que cada semana era una chica diferente, giraban entorno a que los dos eran unos patanes y que iban por el mundo destrozando corazones.  

Lo que jamás imaginé, fue que Lana le moviera tanto la razón para cambiarlo de la noche a la mañana. Ella tenía ese poder que lograba ponerme mal al verle cerca con alguien más, no sabía la razón, pero tan de pronto me daba cuenta, mis ansias de convertirme en un asesino serial se mostraban sin límites.

Con lo único con lo que no contaba era con que él le diría de las constantes visitas de Anelli al bar. Me comporté como un idiota dejándola permanecer ahí sin decirle nada, ni hacer algo por apártala de mi. 

Mis problemas se complicaron cuando se entero de que mi relación con Lana era formal, su continua obsesión por permanecer a mi lado le montó el pensamiento de esperarme hasta que terminara según ella, mi juego con la que era mi novia. 

No pasó mucho tiempo en que Mikko mostrará con Lana la parte oculta tras de esa  enfermedad por vivir en el alcohol día y noche, lo cual ocasionó que ella volviera con Pauli y se cayera la mentira en la que había vivido durante mucho tiempo de no mencionarle que Anelli seguía rondando en mi vida, transformando mi pequeño secreto en un desastre que me arrebató el poco tiempo y logro de permanecer a su lado.  

Jalo me puso al tanto de la situación después de nuestra ruptura ya que Mikko regreso a ese bar desahogando sus penas y bebiendo todo cuanto su organismo pudiera resistir. 


Después la noticia de su embarazo como el que se iría de aquí  mató mi alma. Como una daga que es enterrada en la piel y que poco a poco va descendiendo hasta llegar al último rincón de mi desgarrado cuerpo fue la sensación que descargo mi cuerpo ante la noticia. 

Hennie me intentó calmarme pero fue tarde, cuando se dio cuenta, mi habitación ya estaba destrozada hasta la última parte de ella. 
Pocas pláticas obtuve antes de decirle adiós y de mirarla partir lejos de aquí. 
En una de ellas, podría decir que la última, me abrazo y me dijo que me quería, que deseaba que algún día encontrara la felicidad que necesitaba, que ella estaría ahí para mi siempre que lo pidiera, que ella sería mi amiga por siempre. 

Sabía que ya no tenía nada, que tal vez había perdido lo mejor de mi vida, lo que nunca tuve y lo que nunca tendré. 

Me costará resignarme a que las decisiones que tomé en un pasado definieron parte de lo que siento en estos momentos. Quizá jamás imaginé perder en un juego donde creí que ganaría y aposté todo después de haber perdido lo que algún día desee para mi. 
Tarde me di cuenta que de no haberla dejado ir, nuestro futuro habría sido muy diferente para ambos, nosotros estaríamos forjando una vida como la que ella ya estaba formando. 

-Eiki... -Gritó Hennie desde abajo. 


Me apresuré a llegar hasta la puerta descendiendo rápidamente las escaleras para abrirle. 


-¿Qué sucede? -La miré con cierta duda. 


-Anelli te busca. 


-¿¡Qué!? 


-No te hagas el tonto... No quería recibirla pero al parecer tiene algo muy importante que decirte -siguió mirándome intentando obligarme a acceder a atenderla. 


-Gracias, pero dile que se retire -Estaba apunto de entrar nuevamente a mi habitación cuando la mano de Hennie detuvo mi andar. 


-Está embarazada... 


Un golpe en mi pecho evitó que le diera la cara a quien seguía deteniendo mi mano para evitar que volviera adentro. Mi cabeza permanecía inmóvil y llena de terror, clavé la mirada en el suelo sin querer creer lo que había escuchado. 

Eso no podía ser cierto, otro truco para hacerme permanecer a su lado. ¡Es una vil mentira! ¡Una vil infamia! 

-Dile que se valla... -exclamé intentando soltarme de la mano que me ataba. 


Un apretón más fuerte impidió que me moviera de mi lugar -No voy a permitir que la dejes así, no al menos hasta que sepas que es tuyo. 


Me jaló como niño pequeño, estaba obligado a hablar con aquella mujer que algún día amé y de la que hoy no quería saber nada. No quería dejar mis recuerdos aún lado, pero ahora, la noticia de que Anelli podría estar esperando un hijo mío estaba cambiándolo todo, incluso la vida que estaba planeando para mi. 


-Eiki... -Susurró Anelli apenas me vio entrar. 


-¿Qué sucede Anelli? -me dirigí a ella de una manera fría, pues no toleraba tenerla mucho tiempo cerca. 


-Yo los dejo -dijo Hennie antes de salir de su casa-, cualquier cosa estaré cerca. 


Me volví para mirar a la chica que permanecía inmóvil en la habitación, reflejaba un miedo en sus ojos y una inseguridad de decirme lo que venía a hacer aquí. 

Sin querer recordé en ese reflejo de incertidumbre, la noche en la que fue mía, entregándome cada una de sus pasiones en un rincón de mi habitación. 
Estaba enamorada, se entregó a mi en cuerpo y alma como nunca antes lo había hecho. Su ser pronunciaba mi nombre, su largo cabello envolvió mi piel sedienta de ella, nuestro amor estaba más allá de la lujuria y la pasión que tenía por hacerla mía, aún permanecía ese sentimiento que nos unió en un pasado, un amor que sólo ocultó el sentimiento de ambos y permaneció guardado hasta el día de hoy, día en que venía a decirme que ese amor había tenido frutos, frutos de mi desesperación de sentirme solo, de perder a una persona que creía amar. 

Anelli permanecía ahí, pasiva y aún temerosa... ¿Qué había hecho? La había alejado tanto de mi haciéndole tanto daño como pude, más sin embargo,  no se merecía esto, no podía negar que sí estaba embarazada ese hijo era mío, no podía dejarla sola, no; simplemente no podía. 

Debíamos olvidar que cada quien actuó de una forma tan estúpida que, sí nos hubiéramos propuesto una guerra, estaríamos muertos los dos, tendidos al borde de la locura por la inconsciencia de actuar de manera perdida por buscar algo que ambos teníamos y que nunca quisimos aceptar. 

Me acerqué a ella notando que el temor en sus pupilas aumentaba, le tomé ambas manos y la abrace. Ella respondió tímidamente y poco a poco ese abrazo la hizo saber que estaría ahí para ella, que no la dejaría sola. 

Con un beso, rompimos el silencio de nuestras almas y fue ahí donde me di cuenta de que ella siempre fue la mujer que esperaba, aquella que defendió nuestro amor y trató de abrirme los ojos ante lo que no quería ver, ante aquella vida que estaba apunto de perder. 

Ahora sabía que tenía un camino por recorrer y que no estaría solo, tenía a alguien quien me amaba y yo le respondía de la misma manera y sí Lana apareció en mi vida fue para enseñarme muchas cosas de las cuales yo mismo no hubiera alcanzado a ver. 


-Gracias por volver... -Susurré a su oído en cuanto nuestro beso terminó. 

6 comentarios:

  1. :o que bueno que Eiki termino bien D: ya me estaba preocupando, D: pense que se iba a suicidar o algo waaa!!! que bonito esta Eiki :3 jajaja.. nonono.. después de ver su punto de vista me hizo sentir mal u.u no pensé que él hubiera sufrido mucho por Lana D: pero que bueno que todo termino bien para él :3 aww!! ♥

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  2. después de todo no le fue mal a eiki, me alegro por el :D me encanto como relato todo... :)

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  3. Awwww pobre de Eiki si que la paso mal, senti su dolor u.u el como relatava el las cosas, pobre si que sufrio pero pues todos tarde o temprano terminamos pagando el precio de nuetros errores y a el le toco pargar uno muy alto, por que perdio a la mujer que creia seria el amor de su vida, aunque despues de todo lo que le hizo Anelli pues no era para menos, aunque esto de su embarazo si que no me lo esperaba, pero pues ese pequeñito creo yo que viene cuando mas lo necesitaba, no se quedaria tan solo, tenian que pasar por todoeso para darse cuenta de que aun se aman tanto o mas que en un principio
    Quiero saber que va a pasar con ellos y su bebe!!! :D

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  4. *_* ahora si que pobre Eiiki ... casi siempre me cayo mal tan mal que le deseaba lo peor, pero viendolo asi como lo escribiste te pones a pensar de distinta forma y ves todo lo que el sufrio.
    y eso del embarazo no me lo esperaba bien por Anelli y Eiki los dos sufrieron mucho y creo mas Anelli ella tubo que soportar las locuras de Eiki
    awww van a tener bebe tienes que escribir mas de ellos.

    me gusta mucho como escribes muy bien por ti Ana

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  5. Primero y principal... ESE EIKI ESTA BIEEEENNNN GUAPETON!!! jajajajajaja

    Me contentó mucho este capítulo, yo sabia que nuestro Eiki no era malo, solo un muchacho que habia perdido su rumbo, y que gracias a Anelli lo volvió a encontrar... Sólo hacia falta que Lana se alejara de su vida para abrirle los ojos.

    Te confieso que durante toda la historia pensé que Anelli era la peor persona del mundo jajaja pero ya veo que ella también habia perdido la cebza momentaneamente, y que solo estaba luchando por la persona que realmente amaba... que bueno que ahora serán felices y que Eiki no se volvió loco en la soledad.

    By the way... que dolor sentí cuando describiste a Mikko :(

    aaaaaaaaahhhhhhhhh no puedo esperar al capi 30!! :D

    By. Flavia

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  6. Ese momento en el que lees éste cap y dejas de sentir odió hacía Eiki y Anelli .
    Que bien que Anelli luchó por su amor Eiki , los 2 un poco locos en su forma de comportarse :3 ahora van a tener un bebé que sea igual de guapo que el papá :3

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