Chill 6

No cabía duda, Lauri estaba destrozado completamente, no me sentía muy seguro en cuanto la manera de poder ayudarlo. La separación con su esposa terminó por romperle el corazón, el pequeño Ju estaba siendo el más afectado de todo esto y nosotros como banda no dábamos ni un paso adelante, ni uno atrás con el nuevo disco. 
Eero se ofreció a hablar con Paula e intentar hacerla entrar en razón. Después de todo él era la persona indicada para hacer ese tipo de cosas, más paciente, más tranquilo y el que sabe manejar la situación mejor que Aki y yo o mejor que todos. 
Definitivamente no me vería intentando hablar con la Sra Vesala, somos tan diferentes y tan extraños que terminaría por mandarla muy lejos si no pusiera algo de su parte. 

Después de un tiempo se lograron estabilizar las cosas, aunque no del todo. Amaba que el tiempo de la separación de Paula y Lauri, ya que había dejado de llamarnos para saber donde estaba su esposo. Pero algo comenzó a cambiar y aunque él estaba con su querida mujer, sabíamos que muy en el fondo no estaba bien del todo, no estaba contento, pero que más daba? Tenía al pequeño Ju de vuelta con él y eso no podía medirse, ni valuarse de ninguna forma. Aunque de vez en cuando recibieramos visitas y llamadas de aquella mujer dudosa de Lo que hacia su marido. 

L: Hable con Dam.... 
A: Ay no otra vez!- movió la cabeza en negación
L: Me dijo que ella no había sido la que divulgó cosas de nosotros... 
E: Entonces quién? 
P: Crees que haya sido Antti? 
L: Lo dudo pero hablaré con él.
A: Te recomiendo que te esperes... Ya casi tenemos los sonidos y tenemos que comenzar a hacer grabaciones
E: Tienes razón, por que no mejor comenzamos a ensayar que ya urge sacar el nuevo disco! 
L: No había tenido oportunidad de mostrarles una última canción que escribí... 
"Save once again" decía en la papeleta... 
P: Bastante bien.... Pero me recuerda a alguien 
L: Sí la hice para ella.... Que tal si intentamos darle un poco de ritmo melancólico ... 
A: Aún la extrañas? Por que yo sí....
L: Ni como negarlo, ella me contagiaba de su felicidad, su dulzura era única.
P: Te dijo que regresaría?
L: este.... No, no creo que regrese... 
E: Y sí lo hace?
L: No me pregunten, no sabría que hacer.... 

Ya estábamos listos para dar inicio a las grabaciones, nos encontrábamos contentos y felices por tener un próximo lanzamiento después de 4 años de ausencia. 
Durante el transcurso de este tiempo... Lauri comenzó a cambiar nuevamente, nos comentó que estaba casi seguro que Paula seguía engañándolo y a pesar de nuestras súplicas de que no fuese a hacer mismo, sabíamos que él había regresado con Damara.... No estábamos del todo seguros, pero por las nuevas llamadas de Paula, ostigantes y acumuladas, podíamos dar por hecho que sí.    
Ya no se nos hacia raro que Paula llegara a cuestionarnos o le dejara al niño a su cuidado, era parte de su rutina para salir con Paavo y evitar que Lauri anduviéra de coscolino. 

Por otra parte y en mi vida sentimental, comencé tener problemas con Sadeq que se irritaba cada vez que Paula hacia llamadas a la casa preguntando por mi y en ocasiones que llegó a ir al estudio, tenía la malísima suerte de ver a Paula que hacía su visita de supervisión y se encontraban frente a frente, eso nunca pasó a mayores, pero ocasionó que rompería el vínculo de confianza en mi relación, intenté todo para no perder a mi mujer pero fue en vano...
El ver a mi pequeño con lágrimas en los ojos es cosa que no me perdonaré jamás. 
Me sentí derrotado, por varias semanas, quizá meses.... Recordando cada momento en que fui feliz a lado de ellos, Eero tuvo que apoyarme en cerrar el ciclo que me atormentaba, ya que por más que intentaba Sadeq se negaba a regresar conmigo. 

Las grabaciones habían concluido y decidí ir a Singapur para intentar quedar en un acuerdo con la madre de mi pequeño, antes de darle lanzamiento al nuevo sencillo. A mi llegada al barrio donde llegué a vivir un tiempo atrás, vi a Sadeq de la mano con otro hombre, no me soprendí puesto que me llegué a imaginar que esto sucedía al ver que no respondía mis llamadas, mi amigo había hecho mucho por mi dándome terapias personales, que influyó para tomar las cosas con demasiada calma y tranquilidad. 
Me acerqué sigilosamente y con apenas las yemas de mis manos toque su hombro. 
-Pauli!?!?! Que haces aquí?- volteó con las ganas de querer salir corriendo.
-Perdona que te interrumpa... Pero quiero ver a mi hijo.- miré al tipo que estaba examinado cada parte de mi de arriba a abajo, sin perder detalle alguno de sus miradas y proseguí - No quería venir sin avisar, pero como no obtuve respuesta tuya vía telefónica decidí venir, me quedaré unos días con el niño en un hotel para disfrutarlo antes de que se de el lanzamiento del disco, espero no incomodarte, supongo que está en casa no es así?- 
-Este... Sí está con mi hermana... Cuan... Cuanto tiempo te Lo vas a llevar?- su novio en ese instante se alejo un poco para dejarnos hablar.
-No será mucho. Una semana, de todos modos no me moveré del país, te llamo cuando termine mi estancia aquí...- sus ojos comenzaban a cristalizarse 
-Pauli... Perdóname... Pero...- 
-Oh no, no Sadeq, no te preocupes en darme explicaciones, no tienes por que, supongo que Lo quieres... Y no pienso interferir. Lo único que me importa es mi hijo, te daré una mensualidad justa para él. Y hablaremos dentro de unos meses con mi abogado para que en cuanto me desocupe pueda llevarme al niño a Finlandia por un tiempo sin tener problemas por la custodia- intento acercarse a mi, Lo cual respondí dando un pasó hacia atrás para evitar contacto alguno
-Sí esta bien... Gracias por todo...- me di la media vuelta y abordé el primer taxi que me llevó directo a donde se encontraba mi hijo. 


A mi regresó a Helsinki, Aki me esperaba en el aeropuerto para ponerme al tanto de las noticias con respecto a la banda. No tardo en cuestionarme en que había pasado durante mi estancia en Singapur y no dude en decirle como fue que encontré a la que fue Sra de Rantasalmi, quedando sorprendido por lo que escucho. 
-Eero y Lauri fueron a comprar unas cosas, me pidieron que los alcanzaramos.- 
-Si está bien...- respondí

Cuando llegamos Aki estacionó el auto en una tienda de música, al parecer Eero buscaba nuevas bocinas para su bajo.
L: Hey llegaste! -exclamó en cuanto nos aproximamos dentro de la tienda donde se encontraban ellos
E: Como te fue? 
P: Me siento bien, creo que me ayudó mucho lo que hiciste por mi. Ahora me siento tranquilo y con ganas de vivir
A: Se oye muy bien eso! Me da gusto que hayas salido de la depre gordito... 
P: Deberías de hacer lo mismo que yo Lauri, tal vez te ubiques tantito 
L: No gracias. Suficiente tiene Eero con soportarnos todos los días... -dijo mientras caminábamos de un lado a otro de la tienda
E: Para mi no es molestia... Es más lo hago con mucho gusto - sus palabras eran tranquilas que nos llenaban y nos hacían sentir bien 
A: Deberías de acceder te ayudaría mucho
L: Gracias, lo pensaré... 

Una vez hecha la compra de Eero fuimos a dejar las bocinas al carro de Lauri ayudando a acomodarlas, del otro lado de la cera vi salir a una jovencita de un restaurante, del que tengo muy mala experiencia en la comida, llamó mucho mi atención, Lauri y Aki caminaron más adelante a otra tienda donde lo único que pude decirle a Eero fue que los alcanzaba en unos minutos.  

Estaba ahí parada frente a un aparador mirando un abrigo de color gris, pero no era eso lo que había llamado mi atención, ella no era de aquí, era extrangera... Sus facciones eran muy distintas a cualquier  chica que habitaba aquí, algo, no supe realmente que fue, logró llevarme hasta donde estaba ella.
Por fin a unos cuántos centímetros, mi cuerpo se paralizo completamente como sí un tipo de magia me hiciera quedarme inmóvilizado de donde me había detenido. 

-Debo aceptar que tienes buen gusto en eso de abrigos- dije sin dejar de ver aquel  aparador que me mostraba cada movimiento que hacia antes de que me diera la cara. 
-Te parece? Aunque preferiría dejar de mirarlo he ir a comprarlo...- definitivamente ella no era una fan, su cara denotó sorpresa por la forma en que le hable y por su reacción creí que saldría corriendo, pero afortunadamente no fue así
-Se nota que no eres de aquí... Déjame adivinar ...Mmm mexicana !! Sí eso es ....- sus ojos claros color miel y su tono de piel la pusieron en evidencia, pero al mismo tiempo sus luceros me dieron un pequeño golpe en mi estómago, era muy bonita y el contemplarla me hacia sentir cálido, ella me daba cierta tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo...  
-Sí exacto ...- se sonrojó un poco - Y yo te conozco de algún lugar...? Tú cara se me hace conocida .... - examinaba cada parte de mi pero no logró descifrar quién era yo. 
-Oh no me conoces? Es raro sabes? Jajaja- reí creí que todo mundo sabía por lo menos de nuestra existencia... Tal vez para ella no éramos parte de su mundo... No y no lo era, pero ella, ya estaba en el mío.  
-Hey Pauli vienes acá ? O nos alcanzas? - Aki interrumpió mis pensamientos del otro lado haciéndonos voltear al mismo tiempo a ambos. 
-Ya voy no se vallan!!!- grité en respuesta para que se adelantaran
-Amm .... Debo irme pero antes de eso podrías decirme como te llamas?- me apresuré a pedirle su nombre... No podía irme sin saber quién era de la dueña de esos lindos ojos. 
-Lana .... - respondió
-Lana es un gusto conocerte espero verte pronto.... Por cierto tienes unos ojos hermosos.- le interrumpí para poder alcanzar a los chicos para que no se fueran sin mi, le dio un beso en la mejilla y corrí a alcanzarlos. 


L: Donde andabas?
P: Me pareció ver a una chica que conocí en algún M&G 
E: Y luego? 
P: No, pues no era ella - reí
A: Ah mira que gracioso gordis... Ya te íbamos a dejar... 
P: Por eso ya estoy aquí... Son capaces de mandarme caminando
L: No lo dudes. 


Cualquiera podría pensar que estoy loco, sí les mencionara que encontré algo en ella que me hacía feliz, con poco tiempo de recuperarme de mi separación sería absurdo, pero no me iba a durar toda la vida, cuando supe de que Sadeq estaba con alguien más, se rompieron las esperanzas de recuperar algo que tal vez jamás existió. Decidí mentirles para evitar prejuicios, asi podría permanecer tranquilo lejos de las burlas y bromas de Aki. 


Cuando llegué a casa, sentí un frío de soledad, algo hacia falta ahí, no era lindo llegar y no encontrar a nadie... Tenía que hacer mucha limpieza, y sería algo de Lo que me ocuparía en los siguientes días, ya que en mi cabeza aún permanecía aquella mirada que destellaba un aire melancólico-triste e iluminador a la vez. Necesitaba volver a verla... Quería volver a verla...